¡Ayer! Me sentía un gigante
fuerte, hábil y sin malestar,
con lozanía y bienestar,
¡Gallardía juvenil y pujante!
El mundo en mis manos estaba
en gustos y devaneos porfiados,
arranques y caprichos inusitados,
el riesgo para nada contaba.
Peligro palpitante enfrentaba
en cada acción realizada,
sin mediar conducta analizada;
consejos, pronto los ahuyentaba.
¡Montaña de regaños se desprendía!
caminaba ciego en mi ilusión,
corazón abierto a la emoción,
equivocaciones cometía.
Caminos equivocados caminaba
para conocer lo desconocido,
a casa llegaba amanecido,
sin hacer mucho ruido entraba.
Ímpetu quedó en el pasado
momentos desperdiciados,
vuelos varios principiados,
del triunfo no alcanzado.
Luis González Chávez -México-
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