Escribo, y por cierto,
este papel en blanco
me atemoriza,
me aterra no saber
lo que siento,
palabras confusas
que saben a sal,
que doblan a muerto
y salen del alma
en su triste final.
En los recovecos
de una mente que
juega a ser lo que
ya no es,
mascarada y fiesta
o espacio inerte
de una tumba fría
donde aun no estoy,
pero mis huesos ansía.
Transito en el sueño
del cielo al infierno
pregunto si vuelo
en un barco pequeño
y la voz imaginaria
de un Dios que sangra
me cuenta que aún
no es mi tiempo,
levanto mi ojos y veo,
creo, sonrío y prosigo
con mis pies descalzos,
con sendas heridas,
con el corazón perdido
en el trasiego de mil vidas
...que aún no vivo.
Isabel Domínguez Castro -MÉXICO-
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