Que no hay nada que te ate,
que te pueda hacer feliz.
Todo lo que se disfrace
de lazo, es un desliz.
Es un extravío absurdo
que lleva a la penitencia.
Que no es necesario el mundo
para encontrar la inocencia.
No hay nada que no crees tú.
Nada externo, nada ajeno.
Llena tu pecho con la gratitud
de vivir cada momento.
No hay nada que tu crees que no seas tú.
La sombra es tu reflejo
y te enseña lo que no es
y el inconsciente perplejo
se derrite cuando ves
que lo observado no es cosa
ni la observación es acto.
Que unido todo es hermosa
creación de cada paso.
No hay nada que no crees tú.
Nada externo, nada ajeno.
Llena tu pecho con la gratitud
de vivir cada momento.
No hay nada que tu crees que no seas tú.
ALFONSO BARO -Puerto Real-
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