Amiga por favor, tranquila ya no llores más, la pérdida de tu esposo,
me da pena verte triste, debes entender que es un camino que tarde o temprano todos lo vamos a recorrer.
Mírame, aquí estoy no estás sola y te quiero ayudar, no me gusta verte así,
no te quieres arreglar y lo que es peor aún ya no quieres trabajar,
no te has puesto a pensar que tus hijos
te necesitan pues son menores de edad.
Ven, arréglate un poco salgamos a caminar, vamos a conversar, a tomar un café... ¿Por qué tanta tristeza encierra tu corazón?... Si la vida es tan bella te estás muriendo de estrés.
No dejo de comprender, el porqué de tu dolor al recordar aquel día del accidente tan fatal... tu amado esposo perdió la vida y te quedaste en soledad.
Amiga, hay cosas aunque nos duelan no las podemos cambiar, deja de culparte ya, son accidentes que suceden por azahares del destino.
Antes, todo era risas, alegría y felicidad entre nosotras... al quedarte viuda no has vuelto a sonreír, más que amiga, eres la otra hermana que la vida me regaló, te necesito también.
No te voy a culpar más por tu estrés,
tristeza y soledad
sólo un psicólogo te puede ayudar,
como dicen hay que ponerse en la piel
del otro para saber y entender el porqué de tantas lágrimas, sufrimiento y dolor.
Sólo quiero que sepas, que puedes contar conmigo en las buenas y en las malas, aquí estoy.
Angélica Bueno -Honduras-
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