A Osvaldo Torasso
De esas dos mitades sólo una es real.
Hechizada por su aparición
y antes que la luz la disuelva
engendró la otra para verse.
Medio árbol es el que extiende sus ramas para tocarse,
medio hombre el que custodia su propia calavera
y sólo con un ala y un espejo
vuela la mariposa.
Una desesperada volandería de mitades llena de mañanas el mundo.
Siempre que la muerte, que es tuerta,
con su ojo demasiado solitario
no se atreva a mirar,
lo irreal semillará la tierra.
Del libro "El amanecido" de
Leopoldo 'Teuco' Castilla -Argentina-
Publicado en el blog elescribidor
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