Eres puro arte con salero,
la gracia divina en el reír.
Formas la luz de un te quiero,
y la sombra mística al vivir.
Fuiste delirio en florero,
con fragancia de un compartir.
Un trabajo que con esmero,
unió el agua con tu partir.
Eres puro amor de velero,
que surca océanos al latir.
Buscando por el mundo entero,
aquello que un día, dejaste ir.
Ricardo Campos Urbaneja.
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