Escondido en la Breña,
entre pinos centenarios,
un antiguo palomar,
de enormes dimensiones,
donde habita el silencio,
roto, a veces, por el aleteo
de alguna pareja de palomas
que desde lo alto nos contempla.
En el pasado, desde aquí,
partían las palomas llevando,
anillado a sus patas,
importantes mensajes.
Hoy el palomar está vacío
y junto a él, disfrutando
del silencio, turistas
enamorados de la soledad.
JOSÉ LUIS RUBIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario