jueves, 2 de junio de 2016

EL AIRE FRESCO DE LAS VANGUARDIAS


Parafraseando a Jorge Luis Borges al referirse a sus poemas que fueron catalogados en el movimiento de vanguardia llamado ultraísmo: podemos decir que las vanguardias por sí mismas no sobreviven mucho tiempo, que el arte en sí no será otro arte a partir de las vanguardias, pero sí que le darán oxígeno. Las vanguardias orean lo que ya huele a rancio, y abren puertas.

Habrá quien se quede haciendo posdrama puro de acuerdo a sus cánones (si es que eso existe), está bien, y si es original, mejor, seguro habrá alguien que le agrade la ortodoxia del contradrama. Pero lo que sí es un hecho es que el posdrama y la escena expandida le están dando nuevos aires al teatro en cada uno de sus elementos, los actores, directores, autores pueden seguir haciendo drama refrescando lo suyito con algunas características del posdrama, y viceversa, a muchas presentaciones de la escena expandida les vendría muy bien condimentarse con un poco de drama. Viva el apareamiento, viva el mestizaje, ni modo que exista hoy en día el drama puro, ni modo que hoy en día exista el posdrama puro.

Hay una veta maravillosa de creación, presentación y representación en la bendita posibilidad de lo híbrido.

Traición al drama y traición al posdrama. Habrá quien defienda su coto, yo prefiero el ayuntamiento, y no solo entre el drama con el posdrama, sino también con otras artes, entrarle al teatro también partiendo de la vanguardia de la poesía, del ensayo, de la novela.

¿Para qué hacer una guerra si nos complementamos?

Lehman escribe que “el futuro le pertenece a aquellas artes que, en su forma y contenido, logren presentarse como una respuesta auténtica para su propio tiempo [...] así como tener el valor para arriesgarse a través de percepciones y formas completamente nuevas”.

Estamos de acuerdo.

JORGE FÁBREGAS
Publicado en Ágora

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