Yo sigo prefiriendo al hombre sin casa. Abel Robino
Yo vivo a la intemperie.
Vivir al arbitrio de la intemperie.
No tener nada, no querer nada.
No aferrarse al pasado ni al presente,
menos al porvenir. (Incluso,
renunciar a la vana tentación de dejar huella.)
Ir simplemente de un lugar a otro,
como un acólito incondicional del viento.
Encarnar la metáfora del viento.
Salvarse por el desarraigo.
De libro "La salud de los condenados" de
César Cantoni -La Plata -Buenos Aires-, Argentina-
Publicado en el blog elescribidor
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