... Dejaré de escribirte
cuando no existan estrellas
a mitad de la noche,
que me hagan recordar
la única vez que te conectaste a mí,
sin importarte nada.
Lo haría involuntariamente
si cambiaran mi sangre
y
extrajeran con ella
cada episodio vivido contigo.
No...
No dejaré de escribirte,
aunque mi mente sucumba
y
olvide tu nombre,
tu rostro.
Pase lo que pase
no dejaré de escribirte,
porque conozco tu alma
y
la traigo conmigo...
Juan C. Pavón -Nicaragua-
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