Entre mis ríos sanguíneos un dolor lacerante quiebra
mis latidos dejando poco aire de vida.
Estallan mis sentimientos escondidos detrás de un
insolente silencio.
Que barre los esporádicos rasgos que detonan en los pasadizos secretos de tus ausencias prolongadas.
Las preguntas se cruzan con las respuestas como
saetas.
Mientras despedazo estas horas que me desafían a vivir, envolviéndome en la suavidad de tu ser.
Eres único...
E. Alicia Junco -Argentina-
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