Se cobriza el otoño
se cae a hojas intrépidas.
Huele a azahar
entre las varas de fuego.
Implícito ver la rama seca
sin la conciencia de los abriles.
Mi amor goza andariego
buscando huecos para colarse.
Entristece la neblina
en los ojos de las aves.
Tu voz que como nube llega
y no es para quedarse.
Moja la tierra
con sus gotas avasallantes.
Corre como río rocoso
en las grietas sedientas
de mi piel sin esbozo.
Se filtra el agua en mí;
¡Mojáme!
¡Moja todo!
hasta el aliento discrepante.
Empapa la semilla del
vientre de mi dopámina
para que florezca la limerencia
en mi sórdida consciencia.
Déjadme ser feliz
aún sin tu piel
rojiza en óxido de mis volcanes.
Vuélame viento la caricia
hasta donde surge
su fogoso temperamento.
Crece dentro mío
la duda universal
de ser viento u hoja
para poderte tocar.
Se me incendia la rama húmeda
con mis fósforos sexuales
pecado es amarte
aunque tu ausencia
mas que el placer sea constante.
Y me vaya yo con el aire
allá al deseo del cielo
donde quemo mi frío
en tu cálido fuego.
Allí en la bendita comunión
de...
Tu cuerpo y mi alma.
Jazmín Noir Ovalle -México-
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