He sentido la tentación de arrojarme al mar
desaparecer hasta tal punto
que el sentido heroico de los mendigos de la noche
sean intérpretes de mis parábolas,
baladas sobre el compás de la polifonía
donde peldaños gota a gota helados
revelan un río virgen con sus afluentes,
suenan a diurnos esos afluentes de tinta,
fortín de placer habido de cada día,
desaparecer hasta tal punto
que los espectadores moralistas y sus visiones,
esencia frívola con una sola mirada,
engendren en sus mejillas
centrifugas colas de corcheas y semicorcheas
severa condena sobre mi proa a ritmo de declive,
desaparecer hasta tal punto
que milagrosamente lo que yo he escrito,
estribo descrito ni astuto ni fecundo,
viole mi espíritu mis palabras,
modulo central de mi viaje,
y ambivalente convertirse en lapida,
éxtasis de mi verso,
desaparecer hasta tal punto
que se incruste en la frase útil luz de la oración
la dirección colapsada de mis espejismos,
trágica noche que fija el linchamiento del poema
infiel revancha de un poeta.
Manuel Vílchez García de Garss.
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