Arrugas van anidando
en la piel, que no en el alma,
surco que entiende de calma
mientras vamos caminando.
Sabia fuerza destilando...
Es el pozo de lo eterno.
Por evitar el averno
del pensamiento indecente,
transcurre el tiempo en la frente...
en el alma no hay infierno.
Carmen Elvira Azparren Caballero
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