Sacudo resuelto
la piedra de la noche,
mi corazón conoce
el cielo estrellado
y los dolores fugaces,
hasta que el sol despierta,
ve la tierra que eres
y se alumbra con tu faz.
Amo la facultad de amarte.
Trino en vuelo matinal,
suspendido en mis ojos
los tuyos donde todos
los ríos concurren,
ALBERTO PÉREZ
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