Cuentan que un pintor el yagé bebió
para retar los sueños de su mente
y hundirse en lo irreal, pero él desbocó
y terminó su alma perdida y demente
De las bondades del brebaje abusó
y del mundo real quedó ausente.
De su ser se apoderó la ficción
su erpirítu erra en la alucinación
Descomunal está su imaginación
no posee control su pensamiento
traspasó su ego los límites de la pasión
que transformó en agonía y desaliento.
Vive preso del yagé como maldición
que lo deja sin tal razonamiento
En el inconsciente su alma vaga
y la locura a su razón hace llaga.
Su vista la nitidez se le apaga
al lienzo lo pinta de extravagancias,
la exaltada fantasía lo embriaga
con sus estupideces e ignorancias.
Una búsqueda, el averno se lo traga,
lo condena a vivir en sus demencias.
Hoy en día su mente viaja sin freno
en una locura y un desenfreno
LINDA PATRICIA CANDANOZA VARGAS -COLOMBIA-
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