¡Bendita música!
que me alzas a espacios infinitos,
donde mi corazón vuela
surcando mares de esmeraldas
en paraísos perdidos.
sus aguas me seducen
cálidas y serenas,
como una madre buena y tierna,
que me embelesa.
Tú, música,
me envuelves con tus alas,
águila dorada que surcas los espacios,
elevando mi espíritu a la libertad
en la conquista de nuevos mundos,
donde los amaneceres en su gran belleza,
nos hace sentirnos, pequeños, diminutos,
ante tanta grandeza. ante esa inmensidad
que al contemplarla nos llena y alimenta,
haciéndonos ser humildes y pobres poetas.
¡Ay amor!
si estuvieras conmigo,
comprenderías con cuanto amor
nos lleva Dios a todos sus hijos,
en este universo de luz
y de manantiales divinos.
sabrías que su voz la oímos
al contemplar los planetas,
es la música de las esferas,
el silencio nos envuelve y nos despierta,
y nos sentimos vivos y sin cadenas,
¡y me cuesta mucho amor,
dejar ese mundo y volver a la tierra!
ser uno más, que habita contigo,
este planeta...
FRAN TRO -España-
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