¿Té acuerdas?
¡té arrepentirás!
Enramada
mi asfixia conduce entre el polvo
a tu piel
distribuida entre ruinas,
tus senos y tu vientre
alineados
aparecen con sabor a tierra,
¿qué follaje se mueve en el muelle?
hacen sencillamente en mi cuerpo
un juego
que adivina
que tus brazos se levantan,
son profundas partículas
que retuercen
la raíz dulce de la espiga
donde yo negaba la cosecha
¿quizá cumplió como cómplice?
¡Té arrepentirás¡
Dejé
tú plena luz volar,
tenías
ocupadas las sombras
entre océanos donde yo lloraba
sobre la nube que desgranaba
el jugo de la laguna,
presionado por los músculos de tu rostro
alguno de vosotros
se encarnó en mí
andar,
tu corazón fue mi música.
¡Té arrepentirás¡
Solo los brotes de las flores lo hacen,
nos quisimos
en nuestro pensamiento
aún calientes
tus dedos de piedra
en un rincón de tus glúteos
a espaldas
de la negra espesura de tu pelvis
hacen cerrar mis ojos
entre caricias
suspirando tu regreso
todas las demás cosas
crecen en la noche
mañana
cerca de ti
sueña con mi alianza.
¡ Té arrepentirás ¡
Ayer
en el tuyo y el mío
se degolló el color de tu silueta
cuantas veces suplicó la gangrena del mar
que no navegaras acariciando el aire
que en tus piernas y tus rodillas
sangre de tu triunfo
ya había una chispa en el silencio invisible
que tenia una tumba en tus ojos
por acariciar mi lloro.
¡ Té arrepentirás!
Sin casa no se enorgullecen mis poemas,
mi población es un escaparate
donde algunos excrementos de madera
forman troncos de trampas
para compartir tu nombre
yo no sé si flota
querida compañera
tu epidermis pálida en mis labios,
pero ha entrado por mi cuerpo
bajando hasta el mar
una oscura claridad
que sin duda se acerca con tu aroma.
Pero tú dijiste:
¡Te arrepentirás!
¿Té acuerdas?
Manuel Vílchez García de Garss
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