sábado, 1 de noviembre de 2014

EL CUARTO DE LA BRUJA


En el cuarto
iluminado solamente
por las velas

veíanse los libros
apilados de magia
hechizos y sortilegios.

El sombrero
de la bruja
les hacía compañía

y su escoba
descansando al costado
de la puerta.

El alto sillón
cual un trono
se erguía

majestuoso, sublime
y mullido
donde la hechicera

se sentaba a estudiar
sus conjuros
dejando escapar sus risotadas.

Y su gato
sigiloso vigilaba
mientras su ama

se despertaba
cuando el reloj
las doce marcaba

y era la hora
en que la maga
se levantaba

en aquel recinto
cuajado de luces
hechiceras y mágicas.

Diana Chedel -Argentina-

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