Se pone el sol en las llanuras de Castilla
mientras la luna llena en el cielo reina.
Me hieren los rayos del sol que se marcha.
Me acaricia de la luna su imagen mágica.
Al menos esto da vida al monótono paisaje
que en estas tierras rinde vasallaje
al aburrimiento y al cansancio.
De vez en cuando aparece un molino
que recuerda al más loco de los locos,
al caballero de a triste figura
que por estos áridos caminos
estuvo deshaciendo entuertos
y murió en la cama cuando la cordura
a él volvió y olvidó a Dulcinea.
La noche cubrió con su manto
las tierras manchegas y las andaluzas
mientras caía lentamente en el sueño,
esperando oír el aullido del lobo,
entre las sombras de la noche.
JOSÉ LUIS RUBIO
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