viernes, 28 de noviembre de 2014

SAL.


Tu sal
es el brillo de tu pasado
y las sombras de tu futuro.
La sal,
tu sal,
tus comienzos,
tus irreverencias,
los caminos equivocados,
esa juventud bravía,
esos deseos incontenibles,
la estabilidad
de la cama
en la que duermes
y piensas en venganzas pueriles.
Tu sal,
el lecho en el que te masturbas,
pensando en esa mujer
que nunca llegará a tu vida...
La sal,
los comedimientos,
la víspera del retorno,
el olvido,
la dejadez
de un tiempo
que no ha llegado.
Sal,
la sal,
esa sal tuya,
ignorada casi siempre,
etérea para la vida,
angosta en el porvenir
que se desata
en cada viento,
en cada rama,
en cada árbol
que compone,
la campana de tus decisiones.
La sal,
tu música,
el despertar a la muerte,
a la congregación de recuerdos
que han conformado
tu vida...

Julio García del Río

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