jueves, 27 de noviembre de 2014

CUANDO SE CRUZAN LOS CAMINOS


Bajo las nubes de la morada
donde yacen seres queridos,
y cuando aun mi alma lloraba
vi que enterraban a un niño.

Arrodillado un joven estaba
atravesado por un martirio,
besando una pequeña sábana
y su dolor hecho alarido.

Perdón amigo soy un cobarde
quebrarme no he pretendido,
mas el corazón se me abre
porque injusto es el destino,

mi ángel bello ha partido
desde el vientre de la madre,
misteriosa muerte y los caminos
el perdió su niño y yo mis padres.

Se mezclan lágrimas y dolores
en un pasillo de averno,
largas vidas o sus albores
nuestras necrópolis y sus cielos.

Ramón Pablo Ayala (Argentina)

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