martes, 21 de octubre de 2014

ODA A MI AMOR


Desnudas beben tus arterias
aleluyas que atraviesan
el escalofrío de un himno,
eres singladura de un ángel
que cohabita en oleajes inamovibles,

notas que rompen las silabas del aire
entre ébanos que ondean invisibles
en hondos susurros de sensualidad.

Eres transfusión
que te deslizas imperceptible
en hendiduras de arpegios,
latidos de unos gestos
armónicos a los oídos
que abren tu fecundo vientre
en concordancia con la euforia.

Ardiente piel pálida,
túmbate entre ráfagas de aliento,
el dialogo del escenario
se hincha de brazos delirantes
y sobre el suelo se quedan a dormir
en una metamorfosis entrañable.

Eres una caprichosa luz en un acorde
entre olas de neuronas,
prodigio de una maravillosa ética
que ciñes con tu cintura
a una espiral que recorre
las oraciones de un diapasón.

Es la verdad,
bajo una rosa capaz de abrirse
perdida en la polifonía,
el reflejo de una suplica
muestra su ira
irresistible a una caricia,
responsable del lamento
que mueve al poeta
a que no pliegues las alas.

Manuel Vílchez García de Garss.

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