Miles de tableros esperan,
la llegada de los competidores.
Que rompan imagen perfecta,
de piezas que aguardan horrores.
Muchos países y banderas,
se representan como embajadores.
Para enseñar excelencias,
a través de todos sus jugadores.
Algunos verán la arena,
cuando les caigan sus relojes.
O si un mate con esencias,
consigue matar últimos valores.
Pero lo que es una pena,
que “tolerancia cero” sin honores.
Castigue con pérdida entera,
a quién no llega a mover peones.
¡Ojalá! Esto desaparezca
de esas grandes competiciones.
En la que muchos ganan de ellas,
vivencias de sus vacaciones.
Miles de tableros se llenan,
con sus jugadoras y jugadores.
Con el que comienzan las guerras,
de un planeta lleno de colores.
RICARDO CAMPOS URBANEJA -Irún-
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