miércoles, 29 de octubre de 2014

AMANECER


Todos los días,
miles de amaneceres
sacuden el centro de mi ilusión.

Amanece entre las piernas de la discordia,
entre las comisuras de un sofá desatendido.

Amanece con los tobillos maniatados,
en contra de la voluntad de las esfinges.

Amanece y una franja horizontal besa mis labios color naranja.

Amanece y las voces callan como con trapos en la boca.

Amanece y en la orilla del amor,
como el prólogo de una derrota,
el harapo de los días,
torna fugaz.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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