Entre tus hombros y costillas dos alas
crecen entre los omóplatos sangrando.
Entre suspiros y tragos
van creciendo entre veneno y malsano.
Con el tiempo las heridas se van calmando
se solidifica la sangre y costra perenne se hace,
El futuro se acerca pero siempre es inalcanzable,
olvidas el presente siempre esperando a otro día…
Nacer al revés quisieras
ser mayor y muy sabio
retroceder descumpliendo años.
Que las alas se hagan más pequeñas
y se desvanezcan en tus adentros
en el vientre de tu madre.
Avidez, ansia y deseo en los ocasos,
puestas de sol preñadas
sin plañideras llorando.
Plantar los pies en tierra quisieras,
como esqueje de ti, meterte en la tierra
ahondar y, crecer como un gran árbol.
Estar en el planisferio terrestre
y, en el mapa celeste
sentirte cielo y ser planetario
circundado por grandes esferas
y, a lo lejos ser costa y su faro.
Abaco de noches, relajo y descaro
en relapso reincidente
bajo penitencia y pecado.
Relator de encuentros
hambriento y desamparado.
Remotos quehaceres casi olvidados,
frotar piedra con piedra sin rémora
surgir de chispas creando descargas
luminosas como estrellas
pasando a ser fuego que aviva.
Alumbrar las noches en vela,
ser rio fluyendo por doquier
hasta las alcantarillas.
Ser brazos chirriantes y en su
sonido estridente abrazar a la vida.
Cerebro de corazón
siempre amando sin despedidas,
ojos del alma
barruntando por siempre alegría.
Boca de besos y embarazo de palabras,
cobijo de miedos y soledades frías.
Alegoría y metáfora con o sin sentido.
Moje y salsa en todos los guisos.
Arrancarte este moho que más
que traje es herrumbre que corroe tu saliva.
Ser agua clara sin recipiente que la reciba.
Norte, Sur, Este y Oeste todos los días.
Avanzar, progresar y mejorar.
Caminar en la superficie y espacio encerrado
en esa línea llamada horizonte…
Lola Wizner
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