Pregunta, arguye, uniéndote al debate,
expón tu idea, aduce y argumenta;
pero no contradigas al que intenta
establecer a voces el combate.
No hay estridencia en la verdad; rebate
sin arpón ni martillo, y se presenta
con paso suave y firme, sólo atenta
a la erradicación del disparate.
Hay siempre un elemento negativo
en la contradicción; su aire agresivo
suele implicar carencia de cordura.
Quien dialoga o discute aporta ideas,
mas, al contradecir, sólo bloqueas,
y, al hacer tal, reduces tu estatura.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
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