lunes, 12 de agosto de 2013

LO LLAMAN CRISIS

Llegaron de repente (sin previo aviso),
un amotinamiento sin permiso,
respiración entrecortada,
corazón taquicárdico,
y manos temblorosas;
lo llaman crisis de ansiedad.

Exfoliaron mi cara y parte de mi alma,
traté de arrancarles autoridad,
y en el intento poblé mis cutículas
con epidermis maquilladas.
Perdiendo en la causa,
me clave las uñas en el vientre,
en el pecho,
en el sexo (ese tan magullado
última men te),
sin éxito,
y dándome por vencida,
las dejé correr,
libre men te.

Sabía qué no las causó;
no fueron las amenazas, los destierros
ni los desiertos de mis secretos,
ya no huelo la mierda que de la nada proviene;

No las trajo la suplicante paranoia que babea sobre mi hombre,
fue dulce ver su mirada seguirle, mientras
soy yo, la fiel consumidora de su cama;

Tampoco la imposibilidad de llegar
al unísono a su cielo (tras su obstinado intento
de atravesar mi cuerpo),
me niego a vivir esclava de mis días
deficientes,

NO, no fueron muchas de las cosas
que son un ligero abrazo del
dolor, he aprendido a mentir a mi cuerpo,

El regimiento descontrolado
patente de aquella traición,
fue obra
de saberme despierta del coma,
fuera de toda sedación,
obra de verme
anclada a la sombra del querer,

de saberme espectadora en el cuento del
carcinoma de mama,
manejada al antojo
de un carcoma que rehúsa mis tetas
pequeñas y ansía cebarse en las de otra,

La Ansiedad,
de saberme viva,
DUELE, DUELE, DUELE.

Eva Márquez -Madrid-España-
Publicado en la Biblioteca

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