lunes, 26 de agosto de 2013

AÑORANZA

Muchos años han pasado, mas nunca
la olvidaré, la luz de mi candil
que siempre recordaré.

Luz de candil acogedora, todos estamos
a tu alrededor, con nuestros
pensamientos, mientras te vas consumiendo.

Luz que se esconde, luz que agoniza,
sin tu fulgor, yo no tengo vida.

¿Cuántas noches bajo tu luz he leído?
En un rincón de mi habitación el candil
siempre estaba puesto, y alumbrabas
toda la noche mi aposento.

Si con tu luz tenue me quedo dormido,
al despertar pienso que estoy soñando
contigo.

Cuando me levanto, en la mano te he
de llevar para que alumbres el camino por
donde voy a pasar.

Me gusta olerte, ese aceite quemado,
esa mecha chisporreante, luz que subes
y bajas.

Es mi luz. Luz de mis pensamientos,
luz que se apaga y que yo enciendo. En la
sombra de la luz veo reflejada tu imagen,
una imagen que me da la mano, me
acaricia, y que a la vez me confunde.

Los tiempos avanzan, en nuestras memorias
siempre estarán. Yo nunca las olvidaré,
igual que a ti, no te olvido y sé que no
te tendré.

Luz incandescente que de mi candil
sale, siempre quisiera tenerte.

Joaquina Oliva -Madrid-
Publicado en la revista Arena y Cal 204



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