viernes, 18 de mayo de 2012

AHORA

Doren tu piel crepúsculos salvajes
cuya fugacidad más te impaciente,
compagina fervor en carne y mente
y adiéstrate a vivir sin camuflajes.

Al llegarte una oferta de minutos,
clava tu vida entera en el momento,
en cada soplo de aire pon tu aliento,
y como el limonero, da tus frutos.

Si cuanto eres y tienes no lo entregas,
¿de qué te servirá haberlo tenido?
Que un día te declares: He vivido,
cuando al final de tu camino llegas.

Si tanto como otorgas no recibes,
no cambies de actitud, ni expreses queja;
da siempre, da. Sólo hay una pareja,
a la que en este Edén te circunscribes.

Si por azar mañana se ausentara,
una nueva vendrá, te lo mereces;
y pensarás que te rejuveneces
a la explosión de nuevas algazaras.

Ahora, en la ocasión, en el instante,
no en un año, ni un mes, que hoy es la vida;
acepta, invita, ofrece, y si hay herida,
que no apague tu ritmo trepidante.

Que los rasguños como los zarpazos
producen sangre, pero cicatrizan;
ni dolores ni enojos se eternizan,
sólo hay eternidad entre los brazos.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Angeles-

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