viernes, 25 de mayo de 2012

TALLER LITERARIO

DECIMOSÉPTIMO TRABAJO


ANILLOS

Anillos de oro compró
mi primito Rafael.
A este poco le duró
se disgustó con la novia
y los tuvo que vender.
Se hizo novio otra vez
y pasó toda su vida
sin tenérselo que poner.
Este quedó tan escarmentado
que pensaba
que los anillos no sirven
para unir a un hombre y una mujer
sólo el amor y el respeto
éstos son los anillos más fuertes
que una pareja pueden tener.

ANTONIO BASALLOTE

ME DEJASTE UN ANILLO

Me dejaste un anillo y un baúl
lleno de recuerdos
de pasiones
de caricias
y emociones.
Un baúl con tu nombre impreso
con tu sonrisa,
tu amistad,
tu comprensión
y tus anhelos.
Un baúl lleno de recuerdos.
Recuerdos inolvidables tatuados
en mi cuerpo.
Me dejaste con el baúl de mi corazón
repleto de amor.

CARMEN PÉREZ MARTELL

ANILLOS

Javier estaba en el mostrador facturando el equipaje para Australia.

Desesperado por la falta de trabajo había decidido irse al extranjero para iniciar una nueva vida, iba a la aventura. Llevaba una sola ilusión colocarse pronto y volver a por Julia para crear una nueva familia.

Sentado en la cafetería espera ansioso la llegada de Julia. Sólo ha querido que venga ella a despedirle, en esos momentos de la separación sólo necesita su presencia.

De vez en cuando mete la mano en el bolsillo del pantalón, preocupado por ver si sigue el sobrecito con los anillos de plata recién comprados. Le habría gustado que fueran de oro, pero su cartera estaba vacía. Todos sus ahorros se terminaron con la preparación del viaje.

Por fin la ve llegar. Se acerca presurosa y se funden en un apretado abrazo después se sientan sin dejar de mirarse.

Javier saca los anillos y le dice a Julia, son muy poca cosa. Quiero que tú me pongas el mío y yo te pondré el tuyo. Serán nuestro compromiso hasta el día que vuelva para casarnos. Espero que entonces sean de oro.

Se sientan y vuelven a abrazarse hasta que los altavoces llaman a los pasajeros del avión de Australia.

PILAR SÁNCHEZ BARCIA

EL ANILLO


Me acuerdo de un anillo
y de donde lo compré
en un pueblo de Nueva Zelanda
lejos de aquí.
Las calles olían
a huno de la tierra
que escapaba de los hondos
subterráneos.
Había géisers y charcos
de barro hirviendo
muy cerca del pueblo
y la tierra estaba caliente.
En una pequeña tienda, casi escondida,
vi anillos preciosos,
dorados con verdes gemas
y compré uno que está en mi dedo.

ANNE SAMPSON


ANILLO

Me quité el anillo
lo puse sobre la mesa
y mirándolo recordé
como llegó a mí.

Fue una mañana de mayo,
paseaba por el parque,
cuando vi brillar algo en el suelo,
era un anillo de plata
que llevaba grabado un nombre
con letras mayúsculas. LUIS.

No era mío el anillo,
pero llevaba mi nombre,
y en mi dedo anular
brillaba como una estrella.

Vino conmigo a casa
y durmió en mi cama
toda la noche un sueño
tranquilo y placentero.

JOSÉ LUIS RUBIO



No hay comentarios:

Publicar un comentario