jueves, 24 de mayo de 2012

SOÑANDO

SÉPTIMA PARTE


El fuego avanzaba con extenderse por todo el barco. Hubo que hacer una cadena con cubos de agua para detenerlo. Pero a pesar de todos nuestros esfuerzos el fuego avanzaba. Si alcanzaba el polvorín saltaríamos por los aires.

Un grupo nos dirigimos hacia la santa bárbara y empezamos a arrojar agua sobre ella. El fuego seguía avanzando y no tardaría en llegar al polvorín. La tripulación estaba cada vez más nerviosa viendo que el fuego no se detenía. Algunos sin dudarlo se tiraron al mar porque preferían ser comido por los peces que volar en pedazos.

Seguí luchando contra el fuego. Pero no había solución. El fuego se intensificaba a pesar de nuestro trabajo. La suerte estaba echada. Había que abandonar el barco. Me lancé al agua y nadé hacia el barco más cercano. El frío agarrotaba mis músculos y avanzar me costaba una enormidad. Temí ahogarme pero conseguí exhausto subir a la cubierta donde quedé tendido…

El insistente sonido del despertador me sacó de mi profundo sueño. El presente se hacía realidad. Había que volver al trabajo cotidiano en una ciudad de cielo y aire limpio.

JOSÉ LUIS RUBIO

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