De nuevo el levante enervante, resecante.
La piel se nos acartona
el pelo nuevo estropajo.
Los ojos enrojecidos
y a ese turista poco avezado
el sombrero se le ha volado.
Lo compró en una boutique,
quería causar buena impresión
a uno u otro bombón
que en la playa le mirara
y luego de madrugada
bordar la faena con gran colofón.
De momento ha resultado un fracaso,
se ha levantado presuroso
para alcanzar el "Panamá"
y nada de nada... pues el viento sin piedad
lanzó una ráfaga artera
y lo arrojó a la arena,
de allí a la resaca y el sombrero pajoso
sumergido y destrozado y humillado
en el fondo se ha quedado.
Nuestro joven piensa rápido,
se dice un tanto atolondrado
que el fin del mundo no es
que tocados los hay muchos,
eso sí ahora en vez de glamourosa boutique
lo comprará en un souvenir...
aunque sea made in China.
Ingenuidad latente de turista primerizo
el viento es muy constante
y como a tantos a Eolo levantisco
le gusta este pueblo hermoso
asentado en la bahía.
¡Que bonito es Conil
entre brisa y racha nos decía!
Concha Gorostiza Dapena -Conil-
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