¿Quién se queda con todas las estrofas que el viento
le declama en las noches a su amante la aurora
mientras ambos se arrunchan esperando la hora
de salir de las sombras que son su alojamiento?
¿Quién le calla a las olas sus canciones de cuna
que le canta al velero al mecerlo en sus brazos?
¿Quién recoge y se apropia de los cálidos lazos
con que amarran al cielo, cada estrella y la luna?
¿Con qué hacen las hadas sus vestidos brillantes?
¿Quién dibuja en la almohada el retablo a los sueños?
¿Cómo buscan las penas en la noche a sus dueños?
¿Quién le da al arco iris sus dos puntas distantes?
¿Quién esconde al suspiro evitando que viaje
hasta el ser que produjo que existiera y volara?
¿Y, por qué nunca un beso se nos queda en la cara
para seguir teniendo su calor de equipaje?
¿Quién levanta los vellos cuando en una mirada
encontramos ternura que nos llega hasta el alma?
y, ¿quién abre la brecha entre el odio y la calma
evitando que vuelva nuestra paz de la nada?
Y así siguen pendientes como muchas cuestiones,
revoloteando mudas en mi pobre cabeza
mientras grita el silencio con inmensa tristeza
meditando en sus dudas, sin hallar soluciones.
Sergio Alejandro Camargo Patarroyo -Colombia-
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