NUNCA alguien echó raíces en mi pecho.
Nunca cantó a mi oído siquiera una flor.
Nunca la vida me propuso un sueño
Nunca en mis manos una hoja posó
La primavera llegó tantas veces.
Como un halo de luz vino ,se marchó
La sombras de la noche me acurrucaron todo.
Solo la noche fría de mí se enamoró.
De pronto la vida se oscurece
Y no habrá canto, ni hoja, ni amor
Tal vez como vine me marche solo
Y es tanto mi profuso dolor.
De esta ancha soledad, la playa fría
se muere de risa, cómo pasa silbando ,
En esta mañana donde llueven las risas
Quien pensaría que estuviera llorando
Danny Talledo Herrera -Perú-
No hay comentarios:
Publicar un comentario