viernes, 8 de julio de 2016

EN EL HUECO DE TU SILENCIO


Deslizando mis manos por tu pecho
se detienen en el hueco de tu silencio
donde un día latieron con fuerza dos corazones
y tus ojos embelesados adoraban los míos
donde las estrellas se oscurecían,
hoy miran con melancolía.
De lágrimas y alegrías, desafiando al viento
que se lleve esta agonía, de no tocar, hay no
tocar tu cuerpo que es mi delirio mi agonía,
ay mi señora de tu andar, de tu pelo, dorado como el sol,
deshojando una margarita.
Acompasadas van y vienen, las olas de mi mar
dejando su espuma, dejando el perfume de alta mar
en la arena blanca pura para pintar, pintaría tu cuerpo
sería mi estela sería el Mantra, de mi navegar.
En los cajones de mi recuerdo, errante sigues el camino
de este amor, casi etéreo que sale al vuelo de tu boca
eres la luciérnaga que ilumina mis noches,
eres mi sombra, tú eres el deseo que hace que no pueda olvidarte.
Intuyo una mirada furtiva, una mirada de fuego
que quema, fusionando tu alma y la mía
llenando el hueco de mis silencios,
siguiendo los pasos que me llevan hasta ti
a la arena blanca donde pintar tu cuerpo
seguir esta locura, donde yo siento el mar,
de mis pasiones, pasiones por usted, mi señora.
Deslizando mis manos por tu pecho
se detienen en el hueco de tu silencio.

Santiaga Tauste

No hay comentarios:

Publicar un comentario