Es mediocre y embustero,
ególatra y engreído,
que es un dios él se ha creído
pregonándose el primero.
Beneficia a los “palmeros”
que de su estirpe han nacido
y su papilla han comido,
pues, sin ellos, marca cero.
En su acólita legión
no se permite pensar ,
mucho menos actuar,
porque quita posición
al insigne caporal.
Ausente de la moral,
se recrea en sus hazañas
mirando a otra dirección
y, si osan tasarlo mal,
derrama su mala saña,
ignorando la razón.
Urbano Parrilla (Castilblanco de los Arroyos, Sevilla)
Publicado en la revista Aldaba 30
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