Si es mañana no sabremos nunca
la fantasía del instante claro,
del puro resplandor de la criatura
que está en los ojos siempre reflejados.
En el espacio de La vida triste
donde la música acabó primero,
donde los puentes no se repetían
como en las partituras numeradas.
Recuperamos lo perdido antes
de los silencios, de las sensaciones
inscritas en desvelos, y campeonas.
Mañana… si las manos suficientes
están para nosotros al momento
de que llegara abril y que se fuera.
Ángel Manuel Castrellón Parra -México-
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