DEJÉMONOS DE CUENTOS
Ella es así, se engaña
a vece a sí misma.
Ya sabes de quién hablo.
No quieras que te diga
su nombre y apellidos,
que tiene un solo nombre,.
¿y apellidos?
Todos los que tú quieras.
Así no más es ella
y a veces, muchas veces,
se engaña a si misma
y se llega a creer lo que no es
y vuela, con pegasos y aves fénix
y ángeles y arcángeles,
por los imaginarios cielos de sus delirios
embriagada de fantásticas glorias,
pero de pronto un día, una noche,
en un rotundo instante,
se queda en lo que es,
dejémonos de cuentos,
y se pierde en la nada de su nada
y en el total olvido que es su reino,
y donde nadie reina,
porque ahí reinamos todos ya por siempre jamás..
¿Ya sabes de quien hablo?
Ya lo sabes, seguro que lo sabes, vida mía.
LOS ENVIADOS
Los reconozco, son ellas y son ellos.
Están aquí, en la tierra, entre nosotros.
No tienen alas, no, pero si tienen alma
y están siempre aquí en el preciso instante,
y no nos abandonan jamás nunca.
Los reconozco, sí, los reconozco.
Son ellas y son ellos. Son los fieles enviados
de Aquel que lo envía todo y que todo lo puede
y es la justicia misma, por más que su justicia
difícilmente quepa en nuestras diminutas y confusas cabezas.
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