Lento el minuto en el reloj distante,
imagen congelada en la pregunta
veo que no se mueven ni los índices,
hoy la orquesta no toca lo que quieres.
Los vaticinios no son de colores,
sustancias amarillas en la esfera,
arco iris sin mapa del tesoro
con brújula escondida en los abrazos.
A veces son las sombras las que llegan
con son-son-etes a los rostros graves
de poetas, quizás, diciendo cosas
en escritos nativos de la luna,
en tiempos de cometas sin países
y sin nadie que diga una palabra.
Ángel Manuel Castrellón Parra
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