¿Con qué se puede adornar
un poema de violencia...?
¿Cómo se puede olvidar
un suicidio a consecuencia...?
¿Cómo se ha de controlar
el dolor de la impotencia?
¡Tengo un alma y corazón,
cerebro y humanidad,
pues me opongo a la crueldad,
al desprecio sin razón...
Si una mujer es violada,
¡maldito delito atroz!
es producto de un canalla.
¿¡Impunidad!? ¡por favor...!
Mujer no apagues tu estrella,
que tú eres un ser de amor...
¡Mírate, eres mujer bella,
preciosa como una flor!
¡No te hundas en amargura
y echa fuera ese pavor,
con calidez y dulzura
se te irá todo el dolor!
¡Nunca dejes que la historia
te amargue toda la vida...
se te acepta, no hay euforia,
no te culpan de pérdida!
¡Qué lástima de esa madre...
y de esa hija o de esa hermana,
respiraron el mismo aire,
se sintieron como fraude
en la sociedad malsana!
María Sirena Matrí Mar -ESPAÑA-
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