lunes, 21 de enero de 2019

EL ABANDONAO


No lloro por la maldita,
ni porque estoy en la olla,
lloro sí, por la cebolla,
que pico pa' la sopita.

Recuerdo que te di todo,
los calzones de algodón,
un hermoso pañuelón,
y unas chanclas rebonitas.

Una medalla chiquita,
aretes de fantasía,
una plegaria a María,
los polvos pa' la carita.

Te di lo de la alcancía,
veinte pesos para el gasto,
un rebosado canasto,
y las gafas pa' tu tía.

Pero te fuiste Senovia,
te dejaste deslumbrar,
yo me quería casar,
y tú vestida de novia.

Con otro, un gran señor,
me quedé apachurrao,
hoy triste y desventurao,
me sacudo mi dolor.

Me da pena con el tal,
porque se lleva la negra,
la pesada de mi suegra,
por eso no deseo mal.

Solito él comprenderá,
cuando no querrá quererla,
no va poder devolverla,
porque encartado estará.

Juan David Romero -Colombia-

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