Te comparo a la piedra
de topacio relativamente
alta y con dureza
de ocho mohs.
Te proyectas sin
sensibilidad,
con una variedad
de colores como
el arco iris con una
claridad de transparencia
y traslucidez.
Pasas por un proceso
de transformación
para estabilizar tu cambio.
Se creía que eras
un diamante,
pero en realidad
eres una gema,
a pesar de tu dureza,
puedes dividirte
con un sólo golpe,
un rasgo que compartes
con el diamante,
como resultado debes
protegerte de los golpes
fuertes.
En Egipto se creía
que tu brillo era a causa
del Poderoso Dios
del Sol Ra.
Pero en realidad
el brillo tú lo proyectas.
Los griegos pensaban
que tus poderes
curativos y místicos
podían cambiar las
fases de la Luna.
Pero en realidad
el valor que se te da;
no es más que
un valor místico.
Ya que el valor auténtico
te lo das tú.
Cuando te das cuenta
como luces ante
los demás con la luz
que irradia tu ser.
Nunca dejes de brillar
hermosa Gema.
Del libro Fragancia Sesen de
F. Janeth Elizarraraz O.
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