Homenaje a mi madre. Y por ende, a todas las Dolores. Felicidades a todas.
Esa mujer fuera de tiempo,
ansias de vida y libertad
de mejora y de progreso,
sumida en la espiral
de una familia profusa,
en los tiempos del hambre
y de aquella postguerra,
...como tantas otras.
Ese espíritu inconformista
forjaba tal ira en su interior,
por las dificultades cotidianas,
que no la dejaron respirar,
y quiso crecer como mujer,
que ya como esposa y madre,
venció en todas las batallas,
...era ella, mujer.
Quiso que su feminidad
se viera compensada
con un bienestar basado
en el trabajo y la prosperidad,
pero no era su tiempo.
fue el tiempo del sacrificio
por la supervivencia,
... no fue su tiempo.
Fue el tiempo de despojarse
del egoísmo personal,
y sacrificarse por lo hijos paridos,
y en el esfuerzo de “sacarlos adelante”,
frente a la adversidad
de esos momentos sufridos,
en el vacío de sus entrañas,
... y enmudeció su alma.
Se hizo faro del universo,
el lugar a donde regresar,
el regazo y el consuelo,
y en su marchitar,
no la supieron entender,
siendo mal interpretada,
nadie comprendió a la mujer,
... asumió así su soledad.
Protagonista en su propia vida,
y hasta después de su muerte,
sólo al final comprendió
que la vida se libra en batallas,
porque al final es la muerte,
quien siempre gana la guerra,
y se cobra en almas vivas,
...una gran mujer.
Vivió fuera de su tiempo,
así fue mi madre,
Dolores Andújar Hernández.
la que venció en todas sus batallas,
y vivió con osadía frente a sí misma,
en una guerra que aún perdura.
Angel L. Alonso
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