martes, 11 de julio de 2017

LA OFRENDA


Yacer con el hijo
educarlo en la carne
controlar con los días
el ancho de su espalda
en la espesura fundirnos.

Al interior de la yema del ojo
catedrales de agua
delgadas escamas
de la leche.

Un desborde del cuerpo
una fiesta sin fin
la muerta hilvana
su pañuelo de larvas.

Te alimento
te baño con miel
te envuelvo en piel de luz
te cubro de flores y canto.

Griselda García -Argentina-
Publicado en La Náusea

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