LA MAÑANA DESPIERTA, CIERTA

La mañana despierta, cierta
afuera,
unos pajarillos aporrean sus cuerdas vocales
saludando,
es la consagración de la primavera
y el canto de bienvenida.

Las sombras de las alas rotas de la noche,
huyen,
su aleteo es el eco lejano de un pozo sin fondo.

El corazón,
esa alondra de los mejores cuentos de amor
refulge y sonríe con labios nuevos,
la mañana despierta, cierta,
quizás,
nada más se pueda pedir.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-