domingo, 24 de abril de 2016

YO ERA...


Como un vientecillo audaz y rápido arrasante de cualquier obstáculo de impedimento a toma de castillo que pudo ser kafkiano, hago referencia al inconquistable castillo de Kafka, de su novela El Proceso.
El señor K, de ser la señora K sería yo misma asumiendo la circunstancial agonía denotada a cada tramo de las situaciones diversas pero teñidas de un solo color muy oscuro en mitad del camino de la vida.
La noche oscura, la mía, igual a la noctambulidad de la sombría kafkiana, aparecería resbalosa y humedecida de lluvia de fines de otoño cruel, y despertar de invierno temible.
Mas, a semejanza del Señor K, de El Proceso, a pesar de chumbos y retrocesos, de aguardar detrás de mugrientas puertas herméticas, no cejaría, no he cejado en intención de tomar la plaza... Y ¡a cuchillo! Yo fui valiente y no he retrocedido.
Yo fui brillante y no pudieron opacarme. Podré caminar con los pies firmes y en equilibrio. Salvaré la fosa castellana de un salto increíble, cuan inesperado. Inverosímil. Lo haré. Y proseguiré hasta el fin de la mía vita, que aún diviso.

Aurora Venturini -Argentina-
Publicado en Fuegos del Sur


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