Yo besaría tus labios
en esta tarde tibia
bajo el agua de la fuente,
bebería la luz de tus ojos,
y te declararía la verdad
de nuestra vida
huyendo de la herida
y la ceniza
de la muerte silente.
Te diría te quiero
y me dirías,
ven a mi corazón,
alma mía, ven mi alma,
a mis brazos que te ansían,
que se mueren por tenerte.
Fernando Novalbos Sanchez
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