Unos hombres, que dicen que piensan,
que creen en un dios, han asesinado
salvajemente a más de cien niños inocentes
mientras estudiaban en la escuela.
Esa es su justicia: el vil asesinato
de personas indefensas que a nadie
han hecho daño porque a su edad
solo saben jugar y soñar.
De pronto balas asesinas
han segado sus vidas y sus ilusiones
y han provocado el llanto
de familiares y personas sensibles.
Nadie entiende tan horrendo acto,
que nada tiene de humano
aunque se haga en nombre de un dios
que pide castigar a los infieles.
Un dios que ellos se han inventado
para dar salida a sus peores instintos
porque yo no creo que exista ningún dios
que goce con la sangre de niños inocentes.
JOSÉ LUIS RUBIO
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