De tus ojos,
he recorrido distancias,
refugio del ocaso
cuando nutren de tristeza
los celajes de la tarde...
He visto
desnudar colores
mudando la brisa
de la tarde
despidiéndose del día,
de sus afanes y sus muecas
de bondad, de piedad,
de hipocresía...
Llega impávida,
indefectible
la noche taciturna,
y brilla más nocturna que el amor
la mirada indescifrable
de tus ojos tristes...
tus ojos tristes de molécula
celeste
del iris silencioso de misterio.
Ya tú ves
cómo el ocaso se confunde
del azul y de rosado
en la acuarela de tus ojos mustios
porque son tus ojos
miel de los pinceles dorados del ocaso,
garabatos enlazando nubes
y colores
que el cielo desdibuja
en su enjambre de colores de la tarde
para poder parir
la noche...
Ayer, copié la ruta
en tu sendero de distancias
donde tus ojos dibujaban
su tristeza...
Dejé que te escaparas
y dejé crecer tus alas...
Crecieron tanto que las mías
no pudieron atrapar tu vuelo!
Me he queda solo
muy solo,
sin los colores del ocaso
sin la corteza de la fuente
de tus ojos,
sin la simiente del placebo
de los sueños...
Mi soledad es todo,
y el recuerdo de tus ojos tristes...
Ricardo Flores Joya -El Salvador-
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